Aplicar un sellador antes de pintar es una de las recomendaciones más repetidas en obra… pero también una de las más malinterpretadas. 

Muchas veces se aplica “por costumbre”, sin un diagnóstico real de la superficie.

La verdad es que no todos los muros necesitan ser sellados nuevamente, y hacerlo sin criterio puede representar un gasto innecesario.

Mito 1: Siempre hay que aplicar sellador antes de pintar

Este es uno de los errores más comunes.

Realidad: no siempre es necesario.

Cuando la superficie ya cuenta con pintura en buen estado, firme y sin daños, la base ya está sellada. En esos casos, lo único indispensable es:

• Retirar el polvo con un trapo húmedo o una escoba.
  
• Asegurarse de que no existan manchas que afecten la nueva aplicación.
  

Si la pintura previa está estable, volver a sellar no aporta valor técnico.

Mito 2: Si la pintura tiene polvo, necesita sellador

Realidad: no.

El polvo es un problema de limpieza, no de adherencia estructural. Basta con:

• Lavar con agua o pasar un trapo húmedo.
  
• Retirar residuos antes de aplicar la nueva pintura.
  

El polvo es una de las causas principales de desprendimiento, pero no implica necesariamente la aplicación de un sellador, solo una limpieza exhaustiva.

Mito 3: El sellador sirve para reparar todos los daños del muro

Realidad: el sellador no reemplaza la preparación correcta.

Existen casos donde la superficie está tan desgastada que al pasar la mano se desprende un residuo tipo talco. En esas situaciones, sí se requiere un primario para superficies polvosas, capaz de penetrar y anclarse correctamente.

Pero para daños más severos, el proceso adecuado incluye:

• Lavado.
  
• Reparación.
  
• Evaluación del nivel de alcalinidad.
  

Solo entonces se determina si el sellador es necesario.

Realidad 1: Se debe aplicar sellador cuando hay erosion por alcalinidad

La alcalinidad aparece cuando:

• La pintura se aplicó sobre un acabado que no había terminado de secar.
  
• Los agregados del sustrato son muy alcalinos.
  
• La superficie fue expuesta a humedad o filtraciones internas.
  

Los signos más comunes son:

• Mareo del color (zonas más claras u opacas).
  
• Decoloración irregular.
  

En estos casos, lo correcto es:

• Limpiar profundamente.
  
• Aplicar un sellador contra el álcalinidad o para superficies altamente alcalinas, como los selladores especializados como el Sellador para superficies altamente alcalinas Osel Verde.
  

Estos productos estabilizan el sustrato y permiten que el acabado mantenga su tono y durabilidad.

Realidad 2: El sellador es indispensable en superficies nuevas

Aquí no hay debate:

Superficie nueva = sellador obligatorio.

Su función principal:

• Tapar el poro.
  
• Uniformar la absorción.
  
• Asegurar que la pintura final tenga una apariencia pareja y un rendimiento adecuado.
  

En superficies nuevas, este paso nunca debe omitirse.

Realidad 3: También es necesario cuando la superficie está muy deteriorada

Hay muros donde la pintura está tan erosionada que incluso después de lavar, la mano sigue saliendo con polvo.

Este es un caso típico donde sí se debe aplicar un sellador especializado o un primario para polvosidad extrema.

Aplicar un sellador no es un paso universal. Es una decisión técnica basada en:

• El estado real de la pintura previa.
  
• La presencia de alcalinidad.
  
• El nivel de desgaste o polvosidad del muro.
  
• Si la superficie es nueva o ya había sido pintada.
  

Un diagnóstico correcto evita retrabajos, mejora el acabado y garantiza la durabilidad del sistema de pintura.

Para obtener un resultado profesional y garantizar la máxima durabilidad de tus acabados, nada reemplaza una buena asesoría técnica. 

Si aún tienes dudas sobre el estado de tu superficie o el tipo de sellador que realmente necesitas, te esperamos en nuestras sucursales en Mérida, donde nuestro equipo puede evaluar tu caso y recomendarte la mejor solución con la calidad de Osel Pintop.